ACABARÁ EL SILENCIO, de Alicia Jadrosich

El 7 de octubre último, Alicia Jadrosich presentó su última antología, ACABARÁ EL SILENCIO, en el salón de eventos culturales de SAMI Salud de la localidad de Adrogué, Provincia de Buenos Aires.

La apertura de la actividad programada estuvo a cargo de Silvana Buono, profesora de Lengua y Latín y ex colega de Alicia durante sus años compartidos en la docencia. Silvana reseñó la obra y dio lectura a un par de los cuentos.

Finalizado ese tramo, hizo uso de la palabra su autora, quien visiblemente emocionada agradeció la presencia de los invitados y a todos los que en mayor o menor medida hicieron posible su incursión y perseverancia en la escritura literaria. Posteriormente, abrió la ronda de preguntas a aquellos que quisieron ahondar acerca de sus experiencias como escritora. Por último, firmó ejemplares a los asistentes.

El cierre del evento fue un afectuoso brindis para Alicia, buena escritora, buena amiga de sus amigos y una bella persona.

ACABARÁ EL SILENCIO contiene un total de treinta y dos narraciones; esta segunda antología de la autora, se divide en tres temáticas diferentes.

 La primera parte, PESQUISAS Y ADVERSIDADES, ocurre en diferentes geografías, con personajes disímiles, quienes de una u otra manera están al margen de la ley. Algunos sutilmente intentan franquearla, no siempre de manera airosa. Otros, muy a pesar de las circunstancias, deciden desafiarla sin medir consecuencias.

En TRANSITAR LOS DIAS, se relatan historias multifacéticas, las que llevan a escenarios tiernos, memorables; a veces sus entornos son sombríos, otros, resistentes a la realidad. Los personajes viven el peso del pasado sobre un presente que parece consumirlos.

La última parte, EL TIEMPO Y SUS PESARES, se narran alegorías vinculadas a momentos de la historia. La ficción no evade el rigor de los divergentes episodios. Los personajes sometidos a diferentes presiones de su momento histórico irrumpen frente a lo que es convencional o esperado.

La autora nació en 1962 en la localidad de Wilde, Avellaneda. Su trabajo en la escritura tuvo su puntapié inicial con la edición de su primera antología, EL BAR DE SIEMPRE, de 2019. En ambas antologías, tuve la satisfacción profesional de acompañarla en la planificación, corrección de estilo y orientación técnica para la edición.

Por último, mi sincero agradecimiento personal a Alicia por su confianza, por sus consideraciones hacia mi trabajo profesional y por el afecto que siempre me demuestra y demostró desde que nos conocemos.

Como no hay obra sin una muestra de la calidad de su contenido, a continuación transcribo uno de los cuentos, cuyo título comparte su nombre con el de la antología:

ACABARÁ EL SILENCIO (cuento completo)

Acá no hay silencios, eso es para los que están afuera, como hace tanto que estoy encerrado olvidé lo que era aquello otro. Muchas veces ya no recuerdo el afuera. A tal punto que si un día regreso, o vuelvo, si algún día alguien cambiara una letra, un punto o una coma en este aletargado y oscuro proceso, sería incapaz de reconocer mi destino, ¿cuál era mi destino?

Hoy llovió toda la tarde, los patios se inundan y nadie hace nada por mejorarlos. Los pasillos internos gotean por donde se quiera. En el techo de mi celda hay grietas que cada tanto producen filtraciones. Mi litera se ubica en el otro ángulo, no me afecta. Los barrotes de mi encierro siempre estuvieron oxidados.

Los trabajos para los internos no se suspenden frente al mal tiempo. Los ejercicios y talleres tampoco, la cárcel siempre será un sitio hostil, salvo para quienes ya es morada desde largo tiempo.

No existe la soledad, mucho menos la intimidad, ni siquiera para los pensamientos más incongruentes. Me acostumbré a que la vida sea nada, o nada más que esto: la voz imperativa de los carceleros, el maltrato, la bravuconada de algunos reclusos, olores, miserias y el encierro sin fin. Aquí hay gritos y miradas aprensivas.

Durante el día siempre hay alguna que otra trenzada, tan solo por el solo  hecho de mostrar quién es el que manda. A mí se me respeta, yo marqué el terreno y mi gente responde. El problema lo tienen los que van llegando, depende de lo que hayan hecho afuera, ese es el pasaporte de cómo lo pasarán aquí dentro.

Hace años que recorro mi celda como un león rugiente. Olvidé lo que era una familia, padres y hermanos. Olvidé lo que sentía cuando iba a un parque y me tiraba en el pasto mirando el sol, una ventana abierta, sentarse en la mesa de un boliche, reunirse con amigos. Me vuelven a la realidad los gritos y las peleas.

Tengo sentencia firme e inapelable, más de treinta años por doble homicidio. Ya no importa si tuve o no razón en el asesinato, si las causas me amparan o me condenan. A veces con los gobiernos de turno se logra algún beneficio.

Hoy estuve molesto desde temprano, el día es más largo que otros. Suena la última sirena: son las ocho de la noche, todos adentro, se apagan las luces. En un recoveco prendí el encendedor, apenas si chispeaba, me sirvió para que hallara mi sombra. Mis pies se despeñan hacia ella, la seguí, pero se pierde a medida que la flama desvanece, desespero para hablarle. Naufraga mi intento por recuperar esa minúscula bruma que me pertenece.

Dispuse que hoy no dormiré, también quiero que el resto sienta mi fastidio, que entiendan mis razones. Grito en el silencio y en la oscuridad de esta noche cruel. Nadie parece escucharme. Aunque no la hallé, sé que hay una eternidad en la sombras. En mi alarido crujen las vigas obsoletas que sostienen esta pocilga, parece que el techo comenzara a desplomarse.

Vino el guardia, alumbró con la linterna, me intimó a que callara. Yo seguí desesperado, pero me tiré en esto que le llaman cama. Sueño o imagino que tal vez alguien pudiera cambiar mi prontuario.

No puedo dormirme, es madrugada en la noche presidiaria. Suspiro hondo, recuerdo los tiempos en que tuve una vida. No tengo sueño pero cierro mis ojos.

Amanecerá muy pronto, acabará el silencio.

©Alicia Jadrosich 2023.

Licenciada Patricia Tarallo

La Argamasa, octubre 2023