La Argamasa

Darse a leer y corregir son dos grandes razones para hacer un taller literario.
¿Por qué darse a leer? Porque, en la mayoría de los casos, se escribe para un otro incesante. Ese otro imperceptible es por y para quien somos los que somos, a través de quien fuimos fraguados como seres del lenguaje, alguien permanente a quien le dirigimos nuestro mundo simbólico. Es bueno, para abordar la propia obra y hacerla consistir, que ese otro incesante pueda asumirse en lectores reales que tendrán el talento de sorprendernos.

Podemos pensar al taller literario como un campo complejo de espacios superpuestos, resistente a las planificaciones temáticas, donde al aprendizaje y al trabajo los timonea la más pura pasión por la palabra.

Un taller también es, fundamentalmente, un espacio de trabajo. La crítica es la herramienta privilegiada para corregir. La corrección de un texto es un trabajo y requiere paciencia, tiempo y esfuerzo.  Se escribe, se lee y se critica en el territorio donde la subjetividad es ley.

©Patricia Tarallo, junio 2023.

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